Todo comenzó como un sábado cualquiera, estudiando y haciendo quehaceres por casa, cuando una llamada inesperada te cambia por completo todo el fin de semana.
A las siete de la tarde una llamada me hizo quedarme sorprendida cuando una voz conocida, me pedÃa que me fuese con ella en la playa...
Esa voz, la que tantas ganas tienes de oÃr, la que te alegra no solo el dÃa, sino también la vida me hizo vestirme y salir de casa para ir a algún lugar precioso.
Me arreglé con unos pantalones negros y un jersey gris muy suave, y me marche.
Tan solo al ver esos ojos verdes me quedé sin aliento por unos segundos, no podÃa evitar sonreÃr y disfrutar de aquel maravilloso momento, era inmensamente feliz.
Cogimos comida para llevar y nos fuimos por la carretera hasta llegar al paraÃso, se oÃan las olas romperse en la arena, la humedad del ambiente, y ese olor peculiar del mar, el sol poniéndose en el llano agua, no soplaba el viento, el mar estaba calmado, solo oÃas el mar y el latido de tu corazón.
Decidimos cenar, en la arena húmeda, mirando unas luces que estaban tan lejos pero a la vez podÃas verlas tan claras....
Aquellas luces me recordaron que aveces tienes las cosas muy cerca pero no las ves y en cambio aveces las tienes muy lejos pero la ves perfectamente, ¿Qué complicado parece no?, pero asà somos los humanos, de cosas tan simples, hacemos cosas muy grandes.
Aquella noche dormà entre sus brazos, comiéndonos a besos, dónde solo estábamos los dos, el mundo se paro a nuestros pies y nos recordó que bonito es el amor.
Y asà termino con esta maravillosa frase, gracias por leerme m@nit@s.
El mundo se paro a nuestros pies y nos recordó que bonito es el amor....
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